La investigación ha desvelado que nos concentramos menos los días en los que la contaminación atmosférica es más elevada.
En concreto, el tiempo de reacción y el rendimiento cognitivo varían cerca de un 5% entre un día limpio y uno contaminado.
Los espacios verdes y azules (como el mar) podrían estar protegiéndonos. Durante los días con más polución, la salud cognitiva de las personas que viven cerca de estos puntos se ve menos afectada que la de aquellas que residen lejos de ellos.
Por contra, la relación entre contaminación atmosférica y bienestar cognitivo parece no variar en función de la exposición al ruido.
¿Qué tan relevantes son estos resultados?
Información a destacar
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Diferencias en tiempos de reacción
Las conclusiones demuestran una reducción de un 5% en la velocidad de reacción en un test de atención, y un aumento de un 5% en el nivel de estrés, comparando un día limpio con otro con niveles altos de contaminación.
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Reafirman una correlación
La importancia de los resultados es que confirman lo que han apuntado otros estudios, que hay una relación entre contaminación y el cerebro y el sistema nervioso central. Este efecto es pequeño y las personas normalmente no lo perciben.
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El estado de salud también influye
Los resultados muestran diferencias en población sana, pero es posible que personas que ya tengan problemas previos (p.ej. dificultad en concentrarse) noten más las afectaciones.
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Afectación en el desarollo cognitivo
Se ha investigado cómo afectan los cambios de un día a otro, pero es posible, como sugieren otros estudios, que el hecho de respirar de forma contínua durante años aire contaminado provoque una ralentización del desarrollo cognitivo de los niños y una aceleración del deterioro cognitivo en ancianos.